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miércoles, 29 de septiembre de 2010

Decoracion en un muro privado

El tamaño de este trabajo es de casi 6 metros de largo por 2,30 metros de alto. Tuve que emplear un tiempo total de cuatro dias y medio.
Está hecho completamente a mano alzada, sin utilizar cintas, plantillas etc... y únicamente a spray.

Espero que os guste:



Detalle:

jueves, 23 de septiembre de 2010

Cámaras, cámaras everywhere

En mis primeros años en la calle, llegué a obsesionarme con las cámaras de vigilancia. Miraba alrededor y en los posibles puntos donde pudiera haber alguna. Me preocupaban mas que si pasaban coches por la zona. Sólo así empezaba a pintar tranquilo.

Fruto de esa manía y tiempo después de que desapareciera, me dio por meterlas en mis piezas o muros, combinandolas con dibujos o creando engendros varios. Me gustan y seguiré haciéndolas mientras no me aburran, aunque creo que siempre las puedo meter, modificar o mezclar en cualquier sitio si queda bien.

Os dejo algunos ejemplos:







martes, 21 de septiembre de 2010

Toxic dreams

Pintar dentro de una nave abandonada, llena de mierda, polvo, sin ventilación.... es casi un suicidio si no llevas máscara. Me encantan los sitios abandonados, aún sin llevar pintura encima, si veo cualquier sitio de estas características me meto dentro sin pensarlo para una próxima visita cromática. Y hasta puedes hacer amigos como yonkis, vagabundos, rumanos, animales varios e infinidad de personajes de dudoso estado mental, me he encontrado con una extensa variedad de estos especímenes.

Un día llevaba como media hora pintando cuando me doy cuenta que, de entre la mierda, cartones y planchas de madera  a 3 metros de distancia de donde pintaba, emerge un yonki que me sacaba una cabeza, con un olor a agrio que tiraba para atrás y con un ojo pegado de legañas. Con su voz entrecortada y balbuceante por su largo letargo me dice: "si no me haces nada, yo no te hago nada..." el pobre no podía ni tenerse en pie.
Se volvió a meter donde estaba y siguió durmiendo la mona.

Impagable.








sábado, 18 de septiembre de 2010

Enfermedad

Primera entrada del blog, no me gustan las presentaciones ni hablar por hablar. Tampoco os quiero contar mi vida. Quien quiera que lo lea y quien no pues eso, gracias por la visita.

Se lo que digo. Para algunos les parecerá una tontería o una exageración, pero esto es así. Mas que una afición (muy cara, por cierto), el graffiti es una enfermedad que en mi caso se está convirtiendo en crónica. Lo que empezó hace 15 años como un entretenimiento, como algo que mis amigos no entendían, se ha ido convirtiendo en una adicción, en algo en lo que no puedes dejar de pensar, en estar esperando un momento libre para irte a pintar, en levantarte de la cama a las 3 de la mañana a bocetear eso que te ronda por la cabeza, en pasar mucho frío o calor por terminar un muro... satisfacción, frustración, inspiración, constancia, paciencia, amor y odio... pero ante todo, diversión.

Últimamente el graffiti se ha convertido en moda, lo detesto, todos los críos pintan, dicen que pintan, entienden y saben sobre esto. Unos meses después serán emos, pijos, canis, góticos... quién sabe. Mientras tanto se encargarán de sacar de las casillas a la mayoría de los que llevamos tiempo en esto. Le pedirán 20 euros a sus padres para comprarse pintura y guarrearán en 5 minutos algo que has tardado 3 días en hacer. Cero respeto. Te jode, pero sigues.

Nunca es bastante, siempre quieres mas, mejor, superarte, innovar, sacar nuevos efectos, nuevas ilusiones, nuevas sensaciones, texturas... si de verdad te gusta te atrapa, sabes que cada vez que te expones a la pintura sin mascarilla puede que te esté acortando la vida, se te estén llenando los pulmones de mil compuestos químicos nocivos, te raspa la garganta, nauseas, dolor abdominal, dolor de cabeza, vómitos, diarrea... me pasó una vez y no me pasará mas.

Repito, se lo que digo, esto es una enfermedad...

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